México

Desde el punto de vista de la actualización de las relaciones entre publicidad y televisión en México, el autor afirma que si revisamos con el más objetivo espíritu crítico el contenido, la forma y los aspectos técnicos y tecnológicos de la televisión en México, difícilmente podemos hablar de un sistema de televisión mexicana en sentido estricto, pues revela en todo momento un alto grado de dependencia del exterior y la permanente agresión a los más importantes elementos de la cultura nacional y los valores históricos del pueblo mexicano.

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Analizando lo que ha hecho la televisión estatal en los cuatro primeros años del régimen de Miguel de la Madrid, el autor afirma que de no diseñarse las política de comunicación en las televisoras nacionales desde los principales conflictos que obstaculizan el desarrollo del país, se seguirá viviendo la profunda contradicción existente entre la cultura nacional y el proyecto de desarrollo global que se ha arrastrado en las últimas décadas. Cada uno se disparará por senderos distintos, la cabeza social avanzará por un lado y el cuerpo social por otro.

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El autor explica cuáles son las principales características de la televisión informativa producida en la capital y su expresión operativa deformada. También presenta un esbozo de lo que puede constituirse como un verdadero Sistema Nacional de Noticiarios del Estado; de cómo se puede desarrollar un esquema operativo efectivo y racional, alternativo y viable en la televisión estatal; de cómo debería ser el tratamiento de la noticia en una televisión estatal, y también de cómo se puede evitar el rompimiento inadmisible entre el quehacer universitario y el ejercicio televisivo estatal.

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Ante la propuesta de nacionalización de la televisión, el autor señala que no puede considerarse que la actual televisión denominada "estatal" sea auténticamente del estado y mucho menos de la nación. Se trata de una televisión gubernamental que en tal sentido cumple con parte de sus responsabilidades sociales auque tiene todavía mucho camino que recorrer en la búsqueda de un modelo propio, que no sea copia de la televisión privada y que tampoco sustituya el quehacer de la sociedad en el campo de la comunicación electrónica.