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La autora busca en los discursos wixaritari y occidental, lo que de amaestrado tenga la sexualidad, y que a su vez contenga la gratuidad, el placer, la subversión fugaz y el goce que proporciona el erotismo al sujeto. El erotismo es el mecanismo de control de la sexualidad y a la vez es aquí donde se restablece la vida y se añade imaginación al instinto natural. Control y efecto positivo del poder. En el erotismo la autora encuentra reglas que regulan la sexualidad en beneficio del sistema social y que al mismo tiempo permiten vivir en sociedad.

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Este trabajo es el inicio de un proyecto de investigación comparativa de la forma en que se expresa, en la canción popular, específicamente en el bolero y en el enka, la educación sentimental tanto en Japón como en México. A la autora le interesa estudiar por un lado cómo la sociedad a través de la canción transmite valores, creencias y prácticas de una generación a otra. Por otra parte, conocer cómo se construyen socialmente de manera diferenciada las sensibilidades femeninas y masculinas en cada cultura.

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El presente texto se inscribe dentro de la preocupación acerca de la relación entre experiencia y discurso, más específicamente en lo que toca al poder de lo discursivo en la producción de subjetividad. Se centra en la exploración de las posibilidades que tiene el sujeto para "traducir" en una cierta narrativa sus experiencias y la constatación de que existen límites para dar cuenta de nuevas vivencias que no se ajustan al imaginario hegemónico en un cierto contexto social.

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Buscando comprender la composición discursiva que inunda el habla sentimental, ésta que ya permea el habla comercial y, en sí, el habla cotidiana manifiesta en diversas prácticas, se propone abordar en este apartado, los elementos constitutivos del habla amorosa, emoción ineludible de la experiencia humana. Dicho abordaje se hará por medio de un análisis discursivo de las cartas de amor de jóvenes zamoranos.

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En este escrito se comparten los relatos que generosamente ofrecieron televidentes de diferentes edades y estratos socioeconómicos, tanto mujeres como hombres, donde narran a partir de las telenovelas sus interpretaciones en torno a las vivencias de los amores ajenos en los melodramas televisivos y su relación con los propios. Son relatos de amor en donde se disfruta y se sufre, se aprende a amar y se evidencia que el amor no sólo es emocional, también existe un componente racional, en donde se cuestiona y se redefinen las posibilidades del amor.

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En México se acudió a la construcción de discursos para la organización de un control social informal en donde se crearon nuevas identidades masculinas y femeninas para consolidar a las familias como células básicas de la sociedad y fuente estructural para la reproducción de las ideas dominantes. Las escuelas, la Iglesia y los discursos directos desde el Estado también constituyeron medios para la difusión de la ideología requerida y dentro de éstos, la prensa constituyó un órgano determinante en la difusión de los nuevos conceptos relacionados con el amor, el matrimonio y la familia.

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La tematización de algunos de los cartones que Jis y Trino realizaron entre 1989 y 1990 para el periódico La Jornada en el suplemento Histerietas, remiten a una relación amorosa que se resuelve en una serie de similitudes y oposiciones, que tiene como denominador un comportamiento machista. Pero ¿quiénes son los protagonistas del espacio múltiple que ofrecen los cómics de Jis y Trino? Como el mismo título lo indica, por una parte está el Santos y por otra la Tetona Mendoza.