México

Este trabajo, que se basa en una actualización de la tesis doctoral del autor, se centra especialmente en el análisis concreto, dejando en cierta medida en segundo plano la parte teórica. Se pretende exclusivamente hacer una crítica a la televisión privada-comercial, bajo el hilo conductor de la institución dominante, Televisa. Otras formas institucionales de la tecnología televisiva en México y otras utilizaciones sociales del medio son tratadas sólo en relación con la televisión comercial. El motivo principal de este enfoque es el de reconocer la importancia que tiene el estudio del modo dominante de hacer televisión en México: como empresa privada-comercial, en su forma de operar en relación con las apreciaciones de los otros niveles del análisis social y con respecto al contenido de las transmisiones.

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Los medios masivos de comunicación, además de funcionar como aparatos ideológicos, están articulados al aparato productivo de la moderna sociedad burguesa mediante un estrecho lazo que se expresa básicamente en la actividad publicitaria que desempeñan. La publicidad se ha convertido en la placa giratoria para la creación de necesidades y para la transmisión de pautas de comportamiento y aspiraciones de consumo.

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La tesis principal de este libro parte de que sin comunicación social no hay desarrollo. Desarrollarse es pasar de un estado actual conocido e insatisfactorio a uno superior, en forma sostenida, armónica y difusiva. Este tránsito requiere un esfuerzo multisectorial deliberado y permanente, que rebasa los marcos institucionales y las capacidades operativas de una entidad o grupo aislados; de ahí que requiera la aplicación idónea de la comunicación social para obtener una actitud positiva y la participación sinérgica, consciente y organizada, entusiasta y generosa.

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Este ensayo desarrolla la idea de que tanto las sociedades como los individuos necesitan que haya mayor coherencia entre las políticas y las actividades de los diversos subsistemas de comunicación y una planificación en la que pueda tener cabida la diversidad. Surgen tensiones y contradicciones inevitables, que a menudo resultan más fáciles de conciliar en una sociedad opulenta, en la que hay más variantes de cauces de comunicación y educación. Ahora bien, dados los factores limitadores de unos recursos escasos, materiales y humanos, una política coherente de la comunicación asume una importancia especial.

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Este ensayo sobre la propaganda propone su inversión de signo: de enajenadora a concientizadora. Pero ni esto ni el conocimiento del sistema en el cual se llevará a cabo (tanto en lo particular como en lo general) son suficientes si se pierden el sentido histórico y las perspectivas coyunturales. Las técnicas de persuasión, la dinámica de grupos, la moderna psicología social, la sociología, el arte y el diseño se combinan también en la propaganda concientizadora; pero ya no proponen clichés de comportamiento, ni propugnan reflejos condicionados, ni sostienen un cuestionable sistema de valores, sino que enfrentan al hombre con su mundo y le proponen su conocimiento y su transformación.

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Este artículo señala algunos principios para mejorar la relación médico-paciente desde el punto de vista de la comunicación: que el médico reconozca la posición de clase del paciente y adapte el tratamiento a las posibilidades objetivas que tenga éste para llevarlo a cabo; que abandone actitudes supersuficientes o paternalistas y se coloque tentativamente en el lugar del paciente antes de emitir juicios o recomendaciones; al dirigirse al paciente, el médico debe hacerlo mediante una traducción del lenguaje médico al común, a fin de que éste lo entienda. Concluye señalando la evidencia de que dentro de la medicina institucional, el esfuerzo consciente y sistemático de las partes que entran en interrelación (cuerpo médico, sistema administrativo y población de pacientes) puede redundar en una significativa evolución del mejoramiento de la salud y de las relaciones de trabajo involucradas en el proceso.

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Contraponiendo la "teoría empirista" de la comunicación con la teoría de las formaciones sociales y la teoría de las ideologías, plantea que el punto de partida de la organización social no son los sujetos sino las clases sociales; que las relaciones de producción constituyen la estructura fundamental de una formación social; que el poder político del Estado da unidad a la formación social, racionalizando y produciendo, como autónomas, las prácticas de los sujetos; que los aparatos ideológicos de estado son lugares de poder; que las formaciones significantes se estructuran como significaciones de clase y son, por tanto, contradictorias; que los sujetos están constituidos en el interior de las prácticas estructuradas; y que por tanto, toda comunicación es política, o más precisamente, toda comunicación se da en el contexto de la lucha de clases; la comunicación de masas es el lugar de una lucha ideológica de clases.

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La intención de este texto es procurar un conjunto de elementos teóricos y empíricos que permitan abordar los fenómenos de la comunicación en sus diversos planos y desde distintas perspectivas. Su primera parte se dedica a las industrias culturales y los procesos de comunicación colectiva: genealogía de un saber. La segunda plantea el paso del análisis a la práctica, encrucijada para la comunicación. La tercera apunta hacia una pedagogía de la comunicación, que implicaría la producción de un hecho comunicativo grupal o institucional donde los protagonistas de esta acción tiendan a ubicar y esclarecer problemáticas comunicativas en función de la instauración de un proceso que tenga características dialógicas y participativas.

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Algunos de los investigadores entrenados en la disciplina del estudio de las redes de comunicación acogieron con gran entusiasmo la idea de que pudiera convertirse en una nueva forma de entender y estudiar el fenómeno de la comunicación social y organizacional. Es indudable que se han aportado nuevos datos y sobre todo técnicas de análisis para estudiar conglomerados de gente que interactúan y que utilizan a la comunicación como medio para generar o ratificar estructuras sociales. Sin embargo, la "esperanza heurística" de que la investigación en redes de comunicación transformaría conceptualmente nuestra disciplina, ha quedado como otras discusiones en una promesa pendiente de cumplirse.

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Este libro tiene como objetivos introducir a los conceptos de comunicación e información, entendidos como instrumentos teóricos para el estudio de la sociedad global, y describir a grandes rasgos el modo en que estos conceptos han sido elaborados por tres corrientes teóricas, elegidas por ser las que tienen más adeptos: el funcionalismo, el estructuralismo y el marxismo.