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Este libro recopila 21 textos del periodista asesinado en mayo de 1984, que tienen que ver con el ejercicio del periodismo, pronunciados como conferencias en su mayoría en distintos lugares del país. Manuel Buendía creía que la mediocridad, la solemnidad y la impunidad eran los tres males del periodismo mexicano; no reconocía periodistas buenos y malos, sino unos que trabajan y estudian más que otros. Solía decir que el periodismo es una forja que pone a prueba la clase de reservas espirituales que tiene el individuo dedicado a este oficio.

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Sin pretender ser una historia del cine, este libro proporciona una introducción panorámica de lo que ha sido la cultura de masas del siglo XX. Se trata de explicar fundamentalmente a la estrella de cine, como el típico mito de nuestro siglo, utilizando cinco estudios de caso: Montgomery Clift, Marlon Brando, James Dean, Marilyn Monroe y Pedro Infante. Este ensayo también ve el cine como arte, como clave para entender la proyección de la naturaleza humana. En este sentido, incita a plantear casi todas las preguntas que se pueden hacer sobre la vida e incluso parece prometer una respuesta a la mayoría de ellas, en términos de creación cultural.

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En este libro se reúnen 23 textos en que el autor pasa revista a temas como el derecho a la información, la prensa mercantil y la prensa partidista, la comunicación alternativa, la publicidad y la cultura, el monopolio comunicacional y las políticas de comunicación social del Estado mexicano. El conjunto de estos ensayos permite conjuntar una imagen fiel de las relaciones de la comunicación con la política en sus múltiples dimensiones dentro de la vida social en los últimos años en México.

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El presente libro hace una recopilación de textos realizados con motivo de la celebración del II Congreso Mundial de Semiótica y Comunicación, los autores son destacados teóricos de la semiótica massmediática y de la comunicación de masas, entre los cuales se encuentra: Nicole Everaert-Desmedt, Gérard Imbert, Mariano Cebrían-Herreros, Göran Sonesson, Carlos Scolari, Armand Mattelart y Aníbal Ford. Más información sobre el II Congreso Mundial de Semiótica y Comunicación: www.asemass-congreso.com

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En este capítulo Espinosa Vera presenta una propuesta para rastrear lo que ha llamado una big theorie de la semiótica Mass-mediática; su labor incluye una arqueología de la disciplina, la cual debería enfocarse al estudio de los procesos de producción y transmisión de discursos dotados de una alta carga ideológica vía las industrias culturales, dicho análisis se sitúa en el nivel transnacional, regional y nacional , no olvidando los mecanismos de recepción de dichas prácticas discursivas; el capítulo también hace un recuento sobre distintos medios de comunicación como la televisión, el cine, la prensa y los comics; finalmente Espinosa hace un primer recuento de una generación de semioticians y comunicólogos que han colaborado para la construcción de esa big theorie.

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Se ofrece aquí un recuento muy condensado sobre el desarrollo de los medios de comunicación (televisión, prensa, radio y cine) en México, de 1968 a 2000. Dos ejes sirven de principal hilo conductor en el análisis realizado en el capítulo: a) Con el desarrollo capitalista posrevolucionario, ocurrió la expansión de unas industrias culturales, íntimamente ligadas con el llamado proceso de globalización. Estas industrias mediáticas han acompañado al proceso de "modernización cultural", en principio excluyente, pero crecientemente abarcante. b) Estas industrias culturales interactúan, de maneras múltiples y contradictorias, con el proceso de democratización del país -a veces propiciándolo, a veces obstaculizándolo-, por su carácter cada vez más claro de industrias del entretenimiento, además de concentrarse en unas pocas manos (lo que se traduce en escasas voces con capacidad de expresarse en el espacio público).

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Este artículo revisa desde sus inicios la estructura de propiedad y control de los medios masivos mexicanos y las diversas políticas que el Estado ha seguido al respecto en los sucesivos sexenios. A punto de iniciarse el régimen de Miguel de la Madrid, señala que el asunto ya no se presenta como antaño donde el alegato en favor de la participación estatal radicaba en preguntarse ¿quién eligió a los concesionarios de la radio y la televisión para que tengan tan tremenda autoridad? Ahora la pregunta pertinente es: ¿qué puede decirse de un país, de una comunidad nacional que pone la determinación del bien público en manos de hombres que no están sujetos a ningún control público? Evidentemente el asunto tiene salidas; requiere que el Estado aproveche sus propios recursos, los dote de una sólida concepción básica: son instrumentos que deben servir de apoyo y legitimación en todas sus acciones de beneficio social.