Este es un ensayo fotográfico de la autora sobre San Miguel Huaixtita, un poblado huichol de Jalisco, con una población de 720 personas aproximadamente. En el pueblo no hay electricidad, ni publicidad, ni carteleras, periódicos o siquiera espejos de cuerpo entero. Al interior y al exterior, las paredes de las casas se dejan lisas; los decorados ordinarios, como los calendarios y las fotos, son escasos. Lo mismo sucede en las escuelas y en los lugares sagrados, que no tienen imágenes. Las únicas imágenes occidentales que los residentes ven son las ilustraciones de los libros de texto de los niños, las fotografías traídas por ocasionales visitantes, o las etiquetas de algunos cuantos bienes de consumo empacados que se venden en la tienda del pueblo. La autora se pregunta ¿qué pasa al acto de ver en una comunidad donde no hay imágenes?